Autoconsumo Solar

El autoconsumo fotovoltaico consiste en generar tu propia electricidad a partir de la energía del sol. Esto es gracias a las placas solares, capaces de aprovechar la luz natural para producir energía en forma eléctrica con la que abastecer tu hogar.

De acuerdo a la modalidad de la instalación, podemos diferenciar dos tipos de autoconsumo solar:

• Sin compensación de excedentes: la energía generada que no es usada para abastecer la red eléctrica del inmueble, no se vierte a la red porque se instala un sistema antivertido. Para aprovechar estos excedentes se podría instalar baterías para almacenar toda esta energía sobrante.
• Con compensación de excedentes: en este caso, la energía generada que no es usada se libera a la red eléctrica y es compensada por parte de la comercializadora.

Por otro lado, en función de los usuarios que se beneficien del sistema, encontramos:

• Sistemas fotovoltaicos individuales: para hogares unifamiliares.
• Sistemas fotovoltaicos colectivos: para comunidades de propietarios..

Para poder instalar placas solares en tu vivienda, esta tiene que cumplir ciertos requisitos:

• Estados de la cubierta: tiene que estar en buenas condiciones para que las placas se puedan disponer en ella y fijarse de manera correcta.
• Buena orientación: lo mejor es que tu cubierta esté orientada al sur para poder aprovechar al máximo las horas de sol. Si no puede ser, hacia el este y oeste también es buena idea. Por el contrario, la orientación norte es la menos recomendada.
• Sombras: como es lógico, cuantas más sombras incidan a lo largo del día sobre tus placas, menos rendimiento de las mismas. Las sombras, especialmente en invierno, pueden reducir considerablemente la generación energética del sistema.
• Requerimientos legales: por supuesto, un sistema de placas fotovoltaicas debe legalizarse debidamente. Esto pasa por cumplir la normativa y por solicitar los permisos pertinentes.

Se denomina excedente a toda energía generada por un sistema fotovoltaico a la que no se le da uso; es decir, la que producen las placas que no utilizas en tu hogar. Teniendo esto en cuenta, el modelo de compensación de excedentes es aquel en el que puedes sacarle provecho a esta energía que no utilizas. Actualmente existen dos principales posibilidades:

• Tu comercializadora eléctrica te bonifica económicamente en tu factura los kWh que no uses y que viertas a la red eléctrica general.
• Si cuentas con una segunda residencia tienes la posibilidad de destinar esta energía al inmueble, para así abaratar también su factura eléctrica.

Sin duda, estamos ante una de las mayores ventajas con las que cuentan los sistemas de placas solares. Por un lado, te permiten ahorrar en el uso de energía en tu día a día; y por otro, abaratar tus futuras facturas de luz, tanto de tu primera como de tu segunda residencia, si cuentas con ella.

Por contraposición, el modelo sin compensación de excedentes es aquel en el que no se vierte la energía sobrante a la red general, sino que se almacena en baterías de litio para que el usuario la use en otro momento. Por ejemplo, para utilizarla durante la noche, o en momentos en los que el sistema no genera la suficiente electricidad. 

Principalmente se pueden diferenciar 5 tipos de subvenciones para placas solares:

• Subvenciones autonómicas: aquellas otorgadas por tu comunidad autónoma o bien por tu ayuntamiento.
• Subvenciones del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o IRPF: o las deducciones de IRPF por la instalación de obras de mejora energética. Estas pueden ir desde un 20 hasta un 60%, dependiendo de la reducción de energía no renovable que se alcance en cada caso.
• Bonificación del Impuesto por Bienes Inmuebles: o la compensación de los ayuntamientos de parte de este impuesto a todos los usuarios que instalen sistemas de placas solares. Puede llegar a ser de hasta el 50% cada año.

• Bonificación del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras: al igual que ocurre con el IBI, es posible beneficiarse de una deducción del ICIO. En este caso, puede ser de incluso un 95%.
• Ayudas para personas y familias en situación de vulnerabilidad económica: también pueden encontrarse ayudas para familias en situación económica vulnerable. Estas suelen depender de los ayuntamientos o bien de los gobiernos autonómicos.

Para poder contestar a esta pregunta de manera concreta hay que tener en cuenta diversos factores: inversión inicial, características del sistema, tipos de placas instaladas, localización geográfica, horas de luz al día o el consumo energético de cada familia o usuario, entre muchos otros factores.

De todas formas, actualmente existen multitud de ayudas y subvenciones que abaratan considerablemente el gasto económico a la hora de instalar placas solares. Esto quiere decir que se puede recuperar la inversión de manera mucho más rápida que hace años. Lo más común es que amortices tu sistema fotovoltaico en un tiempo de entre 6 y 10 años, de manera aproximada.

El ahorro que experimentes depende directamente del rendimiento de tus placas solares, las horas de luz natural de tu localización geográfica y del propio consumo energético de tu hogar. Aun así, y teniendo en cuenta que el precio de la energía eléctrica ha ido en aumento, en la mayoría de hogares unifamiliares con un gasto medio el ahorro llega a ser de hasta un 60% – 70% anualmente.

El número de placas solares necesarias para cada hogar es proporcional al consumo energético anual del mismo. Como regla general, suele ser de la siguiente manera:

Ten en cuenta, de todas formas, que la información que aparece en la tabla es meramente orientativa. Siempre se necesita realizar un estudio previo de la vivienda por parte de un equipo experto para determinar cuántas placas solares son necesarias en cada caso.

Un sistema fotovoltaico se compone de distintos dispositivos. Aunque todos ellos cuentan con una vida útil muy elevada, llegando en la mayoría de casos hasta los 25 o 30 años.